Ultrasonografía de Mama
Es frecuente que se solicite una ecografía mamaria después de la mamografía o que ambos estudios se indiquen juntos. Pero, ¿por qué?
Esto sucede porque la mamografía y la ecografía mamarias son dos exámenes complementarios que ayudan a la detección temprana del cáncer de mama. La primera utiliza rayos X y la segunda, ultrasonido, para detectar alteraciones o cambios en la estructura y los tejidos mamarios. En especial, ambos estudios suelen solicitarse juntos cuando las mamas son densas.
La ecografía mamaria bilateral y la mamografía son estudios complementarios, es decir que cada uno aporta información que al combinarse, permite valorar mejor el estado de las mamas. Cada estudio se fundamenta en diferentes principios y métodos técnicos, por lo tanto las imágenes obtenidas aportan datos que se complementan entre sí.
¿Por qué una ecografía después de la mamografía?
La mamografía permite hallar cánceres de apenas pocos milímetros, pero hay algunas lesiones que no son detectables. Se considera que la mamografía tiene una sensibilidad (capacidad para detectar alteraciones) entre 74% y 95% y una especificidad (capacidad para diferenciar hallazgos benignos de los que son malignos) de aproximadamente un 90%. Cuando se combina con la ecografía, la sensibilidad es cercana al 100 %.
Por las características del estudio, la ecografía mamaria es sumamente útil para diferenciar los nódulos sólidos de los que tienen contenido líquido (quistes); esto no puede realizarse con la mamografía. Se indica generalmente a partir de los 30 años y es la técnica de imágenes a realizar inicialmente para las mujeres embarazadas o en período de lactancia. También tiene utilidad para las mujeres con implantes de siliconas.
La ecografía mamaria se indica especialmente cuando las mamas son densas porque es cuando disminuye el rendimiento de la mamografía convencional. Las mamas densas tienen menos tejido adiposo que las mamas que no son densas y pueden tener más probabilidad de desarrollar cáncer. La ecografía en el momento o después de la mamografía mejora la detección de lesiones tempranas o sospechosas. Ambos estudios pueden indicarse también cuando existen otros factores de riesgo, como antecedentes familiares de cáncer de mama o una biopsia previa con diagnóstico de alguna lesión con alto riesgo, ayudando además a explorar la presencia de ganglios locales y/o axilares (estadificación).
La ecografía combinada con la mamografía es de gran ayuda en las pacientes con síntomas, por ejemplo un nódulo palpable que no se ve en la mamografía, más aún si se trata de una mujer con mamas densas y menor de 40 años. Juntas, la ecografía y la mamografía, tienen un valor predictivo negativo (probabilidad de no tener cáncer si el resultado es normal) del 97% al 100%.